Hoy he dormido bien y me levantado con ganas de algo de actividad. Café con leche y tostada de mantequilla como combustible y ocho grados de temperatura fuera, motivo suficiente otros días para desistir. Pero hoy ya estaba cansado del reposo que me recomendó el fisio tras el esguince que me hice y no termina de curarse.
Con el tiempo justo, he cogido las llaves de la bici, mochila, gorro y la bufanda. Saliendo a la calle llegaba a la bifurcación de todos los días y último momento para decidir Neo, pastilla azul o roja: izquierda, el camino de siempre a la estación; derecha, largo paseo en bici.
Hasta el trabajo (Shimokitazawa-Hanzoumon) [width=500;height=400]
Y he llegado exactamente igual que si hubiese ido en tren (en este caso 10 minutos tarde). Pero más despejado y con mucha más energía.
- Distancia en bici: 9 km.
- Distancia en tren: 9.23 km.
- Tiempo: 40 minutos.
Creo que la gran putada es que me he dejado el monedero en casa y hoy antes de quedar para tomar el último ramenazo del año por Shibuya me va a tocar volver a pasar por casa. La hora de la comida la he salvado gracias a, ¡326 yenes perdidos en mi escritorio! ¿Quien dijo que Tokio es caro?