Hoy estoy agobiado. Sufro de algo que podría llamar “choque cultural”. Por un lado está mi forma de ser y por el otro las costumbres y el estilo de vida japonés. No es que se repelan como el agua y el aceite al intentar mezclarlos, pero está claro que no es una unión perfecta y de vez en cuando estas pequeñas diferencias irritan a un servidor (ya me pasaba en España y en Japón no iba a ser menos). Así que mientras volvía a casa mi cabeza a comenzado a darle vueltas a cosas como la exquisita planficación que se respira allá donde vayas en Japón, que todo suele estar en perfecto orden y pocas cosas se salen de lo normal, en la contínua insistencia para que protegamos las normas, etc. y me he sentido demasiado agobiado, como encerrado, ante semejante control de las cosas. Tal vez no tenga mucho sentido o exagere demasiado y mañana cuando me levante ni me acuerde, pero ahora mismo estoy que a la mínima enseño los colmillos.